ME HA SALIDO UN BULTO EN EL OMBLIGO ¿SERA UNA HERNIA UMBILICAL?
Te ha salido un bulto en el ombligo…
…. y te has dado cuenta cuando estabas en la ducha, o quizás has sentido un dolor repentino cuando estabas en el gimnasio levantando pesas, tras intentar mover ese mueble tan pesado o al coger las bolsas del súper. Aunque es posible que haya sido tras un catarro que te ha hecho toser sin descanso día y noche o incluso el bulto en el ombligo te ha salido tras haber estado embarazada. En todas estas situaciones, la aparición de un bulto en el ombligo es muy posible que sea debido a una hernia, que llamamos hernia umbilical.
¿POR QUÉ SALEN HERNIAS EN EL OMBLIGO?
El ombligo es una cicatriz que todos tenemos tras el nacimiento producida por la cicatrización del cordón umbilical. Dado que es una zona cicatrizada de nuestra pared abdominal, constituye uno de los puntos débiles de la misma, es decir, un lugar donde es más fácil que se rompa la pared que forma nuestro abdomen, que es como una sábana que nos envuelve. Existen otras zonas débiles de forma natural en la pared abdominal que están localizadas en las ingles. Las zonas débiles del abdomen también aparecen en cada cicatriz creada tras una operación, constituyendo zonas de debilidad por donde es más fácil que se rompa nuestra pared abdominal. Por ello, frente a un gran esfuerzo, o debido a un aumento del contenido de dentro del abdomen (como ocurre en la obesidad o en el embarazo) esta pared puede desgarrarse por sus puntos más débiles, como es el ombligo. Dicho de otra forma, es como si fuéramos un saco de patatas de 5 kilos al que le metemos en el interior 10 kilos de patatas. ¿Qué le sucede al saco de patatas?: exacto, el saco se rompe, se desgarra por las zonas más débiles, que son las costuras, y el ombligo no es más que una de nuestras costuras naturales.
En niños, las hernias en el ombligo pueden surgir por no haber cicatrizado adecuadamente desde el inicio la zona de inserción del cordón umbilical, aunque aquí nos referiremos a las hernias umbilicales en adultos.
¿CÓMO SE SI ES UNA HERNIA UMBILICAL?
Las hernias umbilicales generalmente aparecen como una tumoración, una pelotita o un bulto en el ombligo. Típicamente, este bulto aumenta su tamaño al hacer fuerza con la tripa (como cuando queremos hinchar un globo) y disminuye e incluso desparece al tumbarse en horizontal. Cuando desaparece, es posible tocar el anillo u orificio por el que sale la tumoración o hernia en la pared del abdomen. En algunas ocasiones sin embargo, la tumoración de la hernia umbilical no desparece al tumbarse, lo que suele ocurrir cuando el anillo de la hernia es pequeño o en hernias más antiguas. En esta situación decimos que la hernia está incarcerada.
En algunas ocasiones, la aparición del bulto puede ser dolorosa, aunque en otros casos la persona que la tiene no presenta ningún síntoma durante años.
Para confirmar la presencia de una hernia umbilical muchas veces es suficiente con realizar una exploración y palpación, en la que se puede hacer evidente un bulto en la zona del ombligo. Sin embargo, en personas obesas, la identificación de una tumoración puede ser muy difícil porque la grasa abdominal nos puede impedir palparla adecuadamente, por lo que puede ser necesario realizar algún estudio complementario como una ecografía o un TAC abdominal.
¿ME TIENEN QUE OPERAR PARA ARREGLAR LA HERNIA?
Sí, ya que una hernia umbilical es como un agujero o roto en la pared abdominal. Ese roto no se arregla ni cicatriza solo, sino que hay que coserlo, es decir, una vez que aparece una hernia no desaparece por sí sola. Además, la tendencia natural es que con el tiempo, ese agujero se vaya haciendo cada vez más grande. Si la hernia umbilical es muy pequeña, apenas visible ni palpable y no produce síntomas, puede ser adecuada una actitud conservadora, es decir, hacer vida normal y no operarse, pero observándose con frecuencia para detectar crecimiento de la misma o dolor, lo que cambiaría el tratamiento.
Es importante antes y después de la cirugía perder peso y dejar de fumar, ya que ambas cosas empeoran los resultados de la operación.
Por otro lado, la existencia de una hernia conlleva varios problemas, y la cirugía puede evitar la aparición de complicaciones. En primer lugar pueden ser algo antiestético, sobre todo cuando alcanzan gran tamaño y son evidentes incluso aunque la persona esté vestida. Por otro lado, muchas de ellas producen dolor en la zona, o al menos molestia que empeora con el ejercicio, lo que puede interferir con la vida diaria. En tercer lugar, y aunque menos frecuente, no hay que olvidar que las hernias umbilicales, al igual que las hernias de cualquier otro sitio del cuerpo, se pueden estrangular. Seguro que en alguna ocasión has oído que han tenido que operar a Fulanito de urgencia porque se le ha estrangulado la hernia, o, incluso, que Menganito se ha muerto porque se le estranguló la hernia. Una hernia estrangulada significa que el contenido de la hernia, es decir, el contenido que sale de la cavidad abdominal hacia el exterior de la misma por el orificio se ha quedado fuera y no puede volver al interior y además, la sangre que lleva el oxígeno a dicho contenido no puede llegar a él (como cuando a alguien le aprietan el cuello para estrangularle), lo que hace que el contenido de la hernia (generalmente grasa y algún trozo de intestino) se mueran y se destruya en pocas horas, saliendo las heces del trozo de intestino muerto fuera del mismo, produciendo una situación grave y mortal llamada peritonitis fecaloidea, que incluso con tratamiento puede tener un desenlace fatal.
¿EN QUÉ CONSITE LA OPERACIÓN DE LA HERNIA UMBILICAL?
La operación de la hernia umbilical consiste, básicamente, en arreglar el roto de la pared abdominal. Para ello, el tipo de anestesia, que decidirá el anestesista en función de la situación de salud de cada persona, puede ser con el paciente completamente dormido, con el paciente dormido desde el ombligo hacia abajo (parecido a los partos) o incluso con anestesia local pinchada en la zona si las condiciones del paciente lo requieren y la complejidad de la reparación de la hernia lo permite, ya que cada caso es diferente. Este tipo de intervención suele realizarse de forma ambulatoria, es decir, el paciente no pasa la noche en el hospital a no ser que su condición médica específica lo precise. Generalmente se realiza una incisión alrededor de la zona del ombligo, siendo en ocasiones en la zona superior, en la inferior e incluso lateral, lo que depende de la disposición de la hernia y del tamaño. Generalmente, cuando el paciente lleva un piercing en la zona umbilical (muy de moda en los últimos años) y expresa su deseo de mantenerlo tras la intervención, solemos respetar la zona e incluso camuflar la cicatriz tras la cirugía con el mismo. Sin embargo, durante la intervención no hay que olvidar que no se pueden llevar objetos metálicos en contacto con el cuerpo (lo que incluye los piercings) por lo que tendrá que ser retirado antes de la cirugía y normalmente volver a colocarlos una vez que la herida haya cicatrizado.
Una hernia umbilical no desparece nunca por sí sola. Para eliminarla se precisa una operación.
Tras la incisión en la piel identificamos la pelota que constituye la hernia y el orificio por el que ha salido y, tras limpiar la zona de adherencias, introducimos dentro del abdomen el bulto y su contenido. Tras ello queda el agujero (como si fuera el ojal de una camisa) que hay que cerrar para que la hernia no vuelva a salir. Clásicamente se cosía el agujero simplemente (a lo que llamamos herniorrafia) con el riesgo que supone que en el futuro esta zona se pudiera volver a romper, aunque esto es aceptable cuando el tamaño de la hernia es pequeño y cuando existen infecciones. En el resto de los casos, además de coser el orificio para cerrarlo, añadimos un parche de refuerzo de la zona suturada (como si fuera una rodillera que se añade a un pantalón tras coser un roto en la rodilla para que no vuelva a romperse) al que llamamos malla, y, en este caso, hablamos de hernioplastia.
En todos los casos, es muy importante que antes de la intervención, si se trata de un paciente obeso, se pierda peso (y tras la cirugía no es recomendable recuperar peso, ya que la pared abdominal podría volver a romperse incluso con una malla, recuerda el saco de patatas). Además, es fundamental no fumar, ya que el consumo de tabaco hace que empeore la cicatrización tras la intervención, por lo que una mala cicatrización llevaría casi de forma inevitable a la reaparición de la hernia nuevamente.
¿CUÁNTO TIEMPO TARDARÉ EN RECUPERARME?
Esto depende del tipo de persona (y sobre todo de las enfermedades que padezca, ya que algunas de estas enfermedades pueden descompensarse tras la cirugía o producir una cicatrización más lenta) y de si la cirugía ha sido de forma programada o urgente por una estrangulación de la hernia, aunque de forma general se acepta que en condiciones normales no es recomendable realizar esfuerzos durante un mes.
En cualquier caso, es tu cirujano el que mejor va a poder aclarar las dudas que tengas sobre el proceso del diagnóstico y tratamiento, y cuyas indicaciones debes de seguir.